viernes, 29 de noviembre de 2013

'Vivencias', una exposición fotográfica sobre la experiencia de vivir un cáncer de mama

Hoy recibimos un post muy especial. Se trata de un texto donde Natividad Cueto, presidenta de la Asociación Jiennense de Cáncer de Mama (AJICAM) presenta una exposición fotográfica maravillosa. Se titula 'Vivencias' y transmite los sentimientos, las emociones, los miedos... que se viven durante un proceso como el cáncer de mama, a través del reflejo de mujeres que lo están pasando o lo han superado. Las próximas semanas os iremos mostrando de forma más detallada la historia de cada una de sus protagonistas. Gracias por compartir con todos nosotros y nosotras estas imágenes tan especiales.

La idea de realizar la exposición 'Vivencias' surge en una reunión junto con la delegada de salud de Jaén, María de los Ángeles Jiménez Samblás, durante el mes de octubre, con motivo del día mundial del cáncer de mama. No se pudo realizar para la fecha prevista ,dado el gran y minucioso trabajo que se estaba realizando, y tuvo que ser aplazado con el motivo de nuestro aniversario como asociación en el día 22 de marzo del 2013.

El trabajo reúne a cuatro maravillosos fotógrafos no profesionales pero si sanitarios, que haciendo entrega de su tiempo ,dedicación, compromiso e ilusión empiezan a trabajar junto a más de veinte personas durante más de 10 meses. A través de reuniones, se comparten entre pacientes y fotógrafos, sentimientos, miedos, incertidumbres, proyectos rotos y nuevos que surgen , el valor de las cosas ,el orden que priorizan en ellas, etc...

En 'Vivencias' vemos un camino  recorrido desde las distintas fases de la enfermedad y que cada fotógrafo ha querido plasmar recogiendo los propios testimonios de esta mujeres que acompañan en cada fotografía. Momentos que aparecen y que nos recoge en sus fotografías Juan Carlos Medina Chamorro .

Él nos refleja los primeros momentos al diagnóstico, esos primeros miedos, esos primeros sentimientos de ira, rabia, el llanto del dolor, el miedo a morir, a la oscuridad y soledad en la que te ves inmersa sin que nadie te pueda aún decir que saldrás, a la espera en un tiempo en el que no es bueno correr y tu debilidad se va apoderando en ti en miles de preguntas, en un sueño que no te deja descansar y que amanece con otro día igual.

A través de sus fotos aparecen mujeres que se encuentran en un túnel, que ven pararse a sus pies el tren de la vida sin saber si pueden seguir subidas en él. Mujeres que ven la vida como si fuera un teatro y ellas las protagonistas sin saberlo ni quererlo, por obligación. Son mujeres luchando por escalar sin mirar atrás, con el apoyo de los suyos para subir y luchando en una gran pelea con el sueño y la necesidad de salir ganadoras

La fotógrafa Katy Gómez López nos hace ver y sentir, "que nada es ya igual".Nos muestra mujeres que buscan su refugio entre mezcla de colores con el dolor más profundo de su alma,y reflejando la importancia que a toda mujer nos hace sentirnos bellas, sensuales... el miedo a perder una parte de nuestro cuerpo y no vernos nunca reflejadas ante el espejo, la lucha por demostrar que eso no nos hundirá, la fortaleza a querernos cada día más y seguir sintiéndonos unas princesas.

Mujeres valientes que no se sienten solas, que aunque ven deslizarse sus cabellos por su cuerpo, piensan que "no tienen miedo a morir, más miedo es no vivir". 

Lo importante ahora es celebrar la vida, de fiesta y  junto a las personas que más nos importan, entregándonos a la suerte que es cumplir un año más a partir de ahora.

La exposición también recoge unas fotografías de la representación más importante como familia, nuestras madres. Estas imágenes son un reflejo de la alegría que ellas nos trasmiten , esa fuerza que un día ellas nos dieron y que hoy se las podemos trasmitir nosotros luchando en nuestra enfermedad .

Y para finalizar con Inmaculada Sillero Arenas y Florentino García González, nos aparecen mujeres que "han aprendido a tener paciencia", mujeres que demuestran que vuelven a ser ellas mismas, "mujeres radiantes", con miradas serenas, confiadas, seguras, que disfrutan de las pequeñas cosas, que demuestran el apoyo y seguridad que nos trasmiten nuestras parejas testigos obligados de todos nuestros sufrimientos y de todas   nuestras alegrías siempre juntos a ellos.

Todos estos testimonios acompañados siempre por el respeto y el recuerdo inolvidable a aquellas mujeres que en su lucha no han podido superarlo, pero que siempre son ganadoras de estar aquí con nosotras. 

Y en el empeño de no cesar en una buena prevención, que nos hará ver que el único arma que tenemos para enfrentarla en la mayoría de las ocasiones : " LLEGAR A TIEMPO "


 
Aquí os dejamos un vídeo para que disfrutéis algunas de las fotografías. 




                                                                      Por Natividad Cueto Jiménez


                                                                   ( Presidente de  AJICAM )

jueves, 7 de noviembre de 2013

Enfrentándonos al cáncer de mama: del miedo a la esperanza

Hoy recibimos a una persona muy especial para la Escuela de Pacientes. Ella se llama Rocío, ha pasado por un cáncer de mama y hace más de un año se incorporó como formadora del proyecto en la provincia de Granada. Os la presentamos a través de esta entrevista, en la que nos cuenta qué supone para ella participar en esta gran familia. Desde aquí queremos agradecerle su gran labor. ¡Gracias Rocío! 

Rocío Fernández
Me llamo Rocío y soy paciente de cáncer de mama desde el año 2006. Posteriormente me hice formadora del Aula de Cáncer de Mama de la Escuela de Pacientes.  Esta labor la realizo de forma voluntaria y gratuita. ¿Qué recibo a cambio? El bienestar y la satisfacción de ayudar a personas que se sienten perdidas desde la perspectiva de otra paciente, desde mi experiencia de haber pasado por lo mismo.

¿Cómo conociste la Escuela de Pacientes?
La Asociación de Mujeres Mastectomizadas (AMAMA), que hace una gran labor con las mujeres que son diagnosticadas de un cáncer de mama, fue la que me puso en contacto con este proyecto. La Escuela de Pacientes solicitó un número de personas y entendieron que yo daba el perfil. 

¿Qué te llevo a ser formadora?
Bueno, yo pasé todo el proceso de la enfermedad sola y sin saber por dónde comenzar. Posteriormente conocí AMAMA y la cosa cambió. Pensé en la cantidad de personas que estarían necesitadas de ayuda y de mi experiencia y esto lo uní a mi carácter optimista que me caracteriza. Me entusiasmé con la idea. 

¿Cómo crees que ayuda este tipo de talleres a las mujeres que le diagnostican un cáncer de mama?
Es importante la formación entre iguales porque la barrera del principio es menor y sienten que la persona que las acompañan entienden perfectamente a qué se refieren. Además, existe una confidencialidad sobre lo que allí se habla y una comprensión de las dudas, los miedos, etc.

¿Qué temas abordáis en los talleres?
Taller en el que Rocío se formó como formadora.
Pues hablamos sobre la actividad física y el descanso, la importancia de la prevención del linfedema, aprendemos técnicas de relajación como la respiración abdominal. También abordamos la alimentación, cómo llevar una dieta más sana, compartimos trucos para minimizar los riesgos de los tratamientos y recetas sencillas, sanas y apetecibles. 
También tratamos la imagen, aprendiendo algunos trucos para maquillarnos durante los tratamientos, cómo ponerlos las pelucas o los pañuelos. Además de las relaciones sociales, familiares y de pareja. Por último, elaboramos un plan de acción, nos proponemos hacer algo que nos va a hacer sentir mejor y, a través del refuerzo del grupo, intentamos cumplirlo durante la semana. 

Alguna anécdota...
Una mujer que asistió a uno de los talleres compartió con todas nosotras que el no haber hablado con sus hijos sobre el diagnóstico fue nefasto y su hija no lo aceptó. Ella no podía hablar esto con nadie y lo compartió con nosotras, dejó la presión que tenía...

En otra ocasión una señora mayor tenía una gran preocupación sobre cómo enfrentar su sexualidad con un cáncer de mama. Cuando lo planteó en el taller, hizo que la vergüenza desapareciese y todas quisieron participar contando su experiencia. Se convirtió en el punto principal del taller.

¿Qué te está aportando? 
Ser formadora de la Escuela de Pacientes me está aportando mucha satisfacción. Para mí es más lo que me llevo que lo que aporto. La alegría de pensar que hay mujeres que cambian su pesimismo y miedos por esperanza. El ver el ambiente que se genera en los talleres entre personas que no se conocían antes.

Rocío Fernández