lunes, 23 de julio de 2012

¿Es necesario sentir para vivir?

Hoy recibimos en el Blog de Cáncer de Mama a Mª del Carmen Recio. Es enfermera y hace unos años fue diagnosticada de Cáncer de Mama. Además, participa con la Escuela de Pacientes como formadora y coordinadora del Aula de Cáncer de Mama del Hopistal La Merced de Osuna (Sevilla). Además de su post, en el que nos invita a vivir y sentir cada momento, os dejamos una entrevista sobre su papel como formadora de pacientes. ¡Gracias por compartir tu experiencia Mª Carmen!  


Soy enfermera, me gusta mi trabajo y lo llevo hasta tenerlo como parte de mi tiempo libre. Disfruto con lo que hago, también sufro cuando no llego donde quiero, pero hay algo que me inquieta.

Hace 5 años entré en un proceso de cáncer de mama y fui capaz de pararme, sentir y vivir cada día del proceso. Desde entonces pensé que sería capaz de seguir viviendo con estilos de vida adecuados, dándome cuenta de lo que se puede y no se puede hacer, de cómo mejorar.Tengo la firme convicción de que las profesionales, cuando mejoramos personalmente, también hacemos mejor nuestro trabajo.

Las personas que se ven expuestas a pasar por un proceso como es el cáncer de mama,  sentimos primero miedo, después incredulidad. Pensamos: “esto no me está pasando, se han equivocado”. Después seguimos el proceso como va viniendo. Pero lo que más sentimos es cómo perdemos el tiempo en tonterías irrelevantes: desamores, desconocidos, despropósitos…. En definitiva, descuentos de momentos no vividos, no sentidos.

Claro, ante esto hay que revelarse, pero revelarse siempre y para siempre porque hay una cosa que no podemos olvidar, “no podemos dejar de sentir los momentos que vivimos cada minuto, eso nos da vida y nos hace vivir”. ¿Cuánto tiempo?, eso es lo de menos si lo vivido es sentido.

Después de hacer esta reflexión he querido dejaros algún artículo relacionado y he encontrado esta página en la que podéis encontrar información escrita y visual muy interesante.


Por Mª Carmen Recio




lunes, 9 de julio de 2012

Correr y cáncer de mama




Cientos de globos rosas cubrieron el cielo granadino el pasado 17 de junio con motivo de la celebración de la 3ª Carrera de la Mujer en Granada en beneficio de la Asociación Española contra el Cáncer.  Miles de participantes, entre los que había mujeres, hombres, niños y niñas, acudieron a esta fiesta solidaria a dar su apoyo a quien padece de esta enfermedad a la vez que practicar actividad física saludable. Con un recorrido de 5km, las calles del recorrido se inundaron de la “marea azul” formada por miles de personas con la camiseta azul-celeste conmemorativa del evento.

La Escuela Andaluza de Salud Pública, a través de su Escuela de Pacientes, colaboró con el evento mediante el patrocinio de una ficha con una receta oncosaludable dentro de la Guía de Alimentación Oncosaludable que se entregó a las personas participantes.



 
Este tipo de eventos solidarios no sólo contribuyen a la recaudación de fondos para la investigación sino que además promociona la práctica de actividad física. Si bien es sabido que ésta beneficia la salud de la población general, también existen estudios que demuestran sus beneficios específicamente para personas con cáncer.

En este sentido, de acuerdo con la National Comprehensive Cancer Network, factores tratables que pueden estar relacionados a la fatiga relacionada con el cáncer, como el dolor, la angustia emocional, las alteraciones del sueño, la anemia, los problemas alimenticios, el nivel de actividad y las enfermedades, deben ser identificados y tratados. Sin embargo, no hay consenso sobre los efectos del ejercicio en la fatiga del cáncer, una de los factores tratables antes mencionados.

Según constataron la doctora Fiona Cramp y su equipo, casi todos los pacientes con cáncer sufren un problema de fatiga. Estos investigadores estudiaron la literatura médica en la que se evaluaba el efecto del ejercicio sobre la fatiga relacionada con el cáncer, un trabajo en el que analizaron un total de 28 estudios en los que participan cerca de 2.000 pacientes. Más de la mitad de estos estudios estaban relacionados con mujeres con cáncer de mama.

Los investigadores destacaron que son "estadísticamente significativas" las mejoras en los problemas de fatiga logrados con programas de ejercicio durante la terapia contra el cáncer e incluso después. La mayoría de estos programas eran de ejercicio moderado a intenso practicado dos o tres veces por semana.


A la vista de los resultados, el equipo de Cramp recomienda que el ejercicio sea considerado como uno de los diversos componentes que deben figurar en la estrategia para el manejo de la fatiga asociada al cáncer, que puede también incluir otras intervenciones no farmacológicas entre las que se cuentan las terapias psicológicas y sociales, el tratamiento del estrés, la terapia nutricional y la terapia para combatir las alteraciones del sueño.