martes, 29 de noviembre de 2011

Judith, 66 años (Canadá)

Hola, me llamo Judith Silver. Como ya veis, soy extranjera (Canadiense) aunque he escogido España como mi país adoptivo y llevo 36 años viviendo aquí.

SkyTengo 66 años y ya han pasado cuatro desde que me diagnosticaron cáncer de mama. Cuando me enteré  que tenía cáncer, mi primera reacción era pánico, pensando que no podría soportar pasar por esto sola (vivo sola, no tengo hijos y mi única hermana vive en otro país europeo.) Sin embargo, desde el primer momento me parecía que alguna fuerza del universo me acompañaba y me mandaba a cada paso lo que necesitaba. Todo el mundo me ayudaba dándome información médica, legal, laboral… y de tipo espiritual y alternativa-contactos, libros, apoyo y cariño, mis amigos/as y mis alumnos/as (soy pintora y daba clases de pintura en varios pueblos). 

Intentaré compartir con vosotras las cosas que más me ayudaron a pasar este trance de la manera mas positiva, esperando que sea de ayuda a alguien.

Mi médico decidió darme quimioterapia antes de operarme para reducir el tumor (lo que hacen hoy en día cuando el tumor es grande). Una colega que había pasado por lo mismo, me recomendó una naturista quien, para fortalecer mi sistema inmunológica me recetó diferentes vitaminas y compuestos. Es difícil decir si estas cosas tuvieron un efecto positivo en mi reacción a la ‘quimio’, pero la verdad es que la soporté bastante bien, sin vómitos. Descubrí que comiendo algo me aliviaba de las náuseas, no perdí mi apetito… (esto es difícil para mí!).

Me llegó un libro que me ayudó muchísimo 'Sanar es un viaje', por Dr. O. Carl Simonton y Reid Henson. El libro incluye todo un programa de ayudas de tipo espiritual y psicológico, con prácticas de meditación, visualización y otros ejercicios, los cuales yo intenté hacer todos los días. Esto me calmaba cuando tenía ansiedad o dolor y me aportaba mucha paz y confianza que las cosas procederían de la mejor manera posible.

Luego tuve Radioterapia que no me afectó mucho. No se siente sobre el pecho. Y ahora tomo el tratamiento hormonal, sigo mis revisiones e intento vivir la vida lo máximo que puedo.

La verdad es que tuve una suerte increíble. No tuvieron que hacer una mastectomía, sólo me quitaron una parte del pecho y la forma quedó bastante bien. Tampoco me quitaron todos los ganglios-solo algunos que no encontraron afectados- así que no tuve grandes problemas con el brazo. Empecé a hacer los ejercicios en el hospital para el brazo y ahora es perfectamente normal.    

Ya sé que cada experiencia es diferente pero creo que siempre son buenas las prácticas espirituales. Hay que  mantenerse  abierta a las cosas que os van  a llegar de todas partes para ayudaros física y psicológicamente. Os mando un abrazo y que tengáis fe y esperaza.  

Judith Rebecca Silver

lunes, 21 de noviembre de 2011

"Ahora sí sé cómo vivir"

Me llamo Soledad y tengo 42 años. El 31 de mayo de 2005 me detectaron un cáncer de mama. Al principio pensé que se habían equivocado, que no podía ser que yo tuviera esa enfermedad, no me dolía nada, me encontraba perfectamente. Estaba embarazada de 12 semanas. Los primeros días estaba enfadada con el mundo, buscaba una explicación una respuesta ¿por qué a mí?. Y creerme, no hay respuesta, es una enfermedad y te ha tocado a ti. Luego empiezan las pruebas, los médicos te dicen nombre de tu tumor, sus apellidos, etc. cosas que a mí personalmente no me interesaba saber. Yo sólo quería saber si iba a vivir, porque cáncer y muerte están muy unidos en nuestra mente.

Me dieron quimioterapia para reducir el tamaño de mi tumor que medía 3,5cm x 4cm, tamaño importante. A la tercera sesión se había reducido a 1cm y entonces me operaron, me quitaron el pecho porque mi ginecóloga consideró que era lo mejor para mí. Yo era y soy una mujer coqueta y pensé que me afectaría mucho, pero creerme, no me importó nada verme sin pecho y sin pelo, estaba viva y bien… que más se puede pedir.

Luego me dieron las otras sesiones de quimioterapia que me faltaban, la quimioterapia es un proceso durillo, no te duele nada pero tienes un malestar que no es fácil explicar. Y después llegó la radioterapia y para mí eso fue un paseíto, no me enteré y el síntoma que tuve era que me encontraba más cansada de lo normal, pero hacía mi vida normal. Justo al año me hice una reconstrucción de mama, estoy contenta porque así no tengo que quitarme y ponerme la prótesis y es más cómodo.

Quiero decir a todas las mujeres que estén pasando por este proceso que sean fuertes, que la mente y el estado de ánimo son  muy importantes para luchar. A los familiares más cercanos, si alguno lee este testimonio deciros que tengáis paciencia, porque tenemos bastantes cambios de humor,p ero que estamos muy agradecidos de que estéis ahí con nosotras. A mi me encantaba estar con mi gente.

No voy a negaros que he pasado miedo, mucho miedo, pero os aseguro que a día de hoy no pienso en cuanto tiempo voy a vivir por que  ¿quién lo sabe?. Pero ahora si sé como  voy a vivir.

Un beso para todas las mujeres.

martes, 15 de noviembre de 2011

“Bailando (incluso) en la oscuridad”



“La duda”: Hace dos semanas que me han hecho una biopsia. Espero los resultados. Tengo miedo, mucho miedo. Entro en el cine y veo Algo parecido a la felicidad”, magnífica película checa que me distrae de la eterna duda que se ha apropiado de mi cabeza: ¿será posible que de la noche a la mañana me vayan a decir que tengo cáncer?

“La espera”: El tiempo cobra unas dimensiones hasta ahora desconocidas para mi. Creo que ha pasado una eternidad y sólo ha sido un día, otras veces parece que fue ayer cuando me diagnosticaron un cáncer de mama, y hace ya dos semanas. No sé cuando me van a operar. Miro constantemente el teléfono, sólo quiero que me llamen y me quiten este bulto. Mi pecho derecho se ha convertido en el eje y timón de mi vida.

“La operación”: El ascensor en el que me llevan al quirófano es como una gran jaula de hojalata. Mientras empujan la camilla, veo gente haciendo cola, gente sentada y gente también de pie por los pasillos. Cuando pasas a su lado, te miran, te sonríen, te saludan y ves el miedo que les doy reflejado en sus ojos. Tengo la sensación de que el quirófano se parece mucho a una carnicería, o más bien al frigorífico de una carnicería. Todo es metálico, frío, aséptico con una luz blanca intensa y cegadora. Pienso en el mar antes de quedarme dormida.

“La quimio”: Me siento tóxica, 'envenená', como cuando tienes resaca, mucha resaca... por eso el cuerpo te pide agua, agua y agua. Me miro al espejo y me pregunto ¿quién es esa? Me gusta pasar la mano por mi cabeza desnuda. No es un dolor en concreto, son mil dolores pequeños que se esparcen y diluyen por todo mi cuerpo.

“La radio”: La enorme máquina que sitúan encima de mi cuerpo me asusta, me dicen que no mire. Se enciende una luz roja y todos salen corriendo, la soledad de la habitación, zaca, zaca, pum, pitido y silencio, abren la puerta: todo ha terminado.

Sonrío y me emociono al leer lo que yo misma escribí hace... ¿cinco años? Tenía 36 años cuando me diagnosticaron un cáncer de mama y una hija de seis. Si lees testimonios de personas que han pasado por un cáncer te das cuenta de que todas decimos lo mismo. Cada persona somos un mundo pero cuando la vida nos doblega, todas enmudecemos, todas nos bloqueamos, todas nos asustamos y todas toditas necesitamos los mismos abrazos de antes para seguir adelante. Lo primero que aprendes con el diagnóstico de un cáncer es que la vida es un soplo de aire que en cualquier momento puede cambiar de dirección. Lo segundo, es que a pesar de todo el apoyo y la ayuda que recibes durante la enfermedad, es importante tomar las riendas de tu cuerpo y de tu cabeza y permitirse ser una misma. Nunca vas a recibir tantos consejos, por eso empieza a olvidarte de ellos, incluso del que yo misma pueda darte. A ratos temblarás de miedo, otras te reirás como siempre, muchas veces pensarás que te flaquean las fuerzas, otras irás sobrada, a veces con sólo mirar a tu hija te desharás en mil lágrimas, pero poco a poco escucharás la música, y querrás bailar (incluso) en la oscuridad.

“Bailad, bailad, si no estamos perdidos”
Pina Bausch (Pina, Win Wenders, 2011)



Firmado: Maiteazul

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Consejos prácticos de paciente a paciente


Me llamo Cristina de 43 años y soy paciente de cáncer de mama. Hasta no hace mucho he estado en tratamiento de quimio y también psicológico. No voy a hablar de los detalles de esta enfermedad porque ya sabemos que es muy dura. Sé por lo que están pasando montones de mujeres que la padecen, pero a cada una nos afecta de un modo distinto, sufrimos los efectos de manera diferente y afrontamos este duro trance cada una como sabe y/o como puede. Hablar de lo feo para estas mujeres que comienzan en este sendero, creo que está de más y no las ayuda en nada. Yo quiero decirles que es posible salir de esto, que yo lo estoy haciendo y que otras muchas lo consiguieron ya hace muchos años.

Les quiero dar algunos consejos prácticos, para que todo lo que van a vivir en los próximos meses les sirva para ser más fuertes:

1. Rodéate solo de la gente que te quiere bien, porque en ellos vas a encontrar un consuelo ilimitado. Tus amigos, si es uno, como si son 3, como si son 20. No hace falta que sean muchos pero que sean buenos. En mi caso, no hablé de la enfermedad nada más que con unas pocas amistades. Sin ellas no me habría resultado posible ni siquiera escribir sobre el tema, pero ellos me han ayudado a comprender que la palabra “cáncer” no es sinónimo de muerte, que se puede hablar de esta enfermedad como lo hago ahora y que puede ser positivo hablar de ello. Tu familia, los incondicionales estés como estés. Sé agradecida con ellos. Ni tú, ni ellos tenéis culpa de lo que está pasando. Unidos es más llevadero todo.

2. Haz ejercicio físico, adecuado a tu estado en cada momento. Y siempre que te sientas bien aprovecha para pasear. Ocupa tu tiempo con algo que te guste. Yo tuve que dejar de trabajar, de hecho hoy por hoy no he recuperado mi empleo, ya que el parón que se produce de casi un año tiene sus consecuencias, pero soy optimista y he vuelto a la carga para buscar trabajo. Sin embargo, no dejé mis estudios de idiomas, gracias a Dios,  y gracias también a los ánimos que me infundió mi profesora. No me arrepiento para nada, todo lo contrario, porque hoy ya he terminado lo que en algún momento estuve dudando que terminaría. Mantener la cabeza ocupada y encontrar una actividad que te obligue a marcar tus propios objetivos a corto plazo es de las cosas más importantes. Ponerse metas sigue siendo muy necesario aunque estés enferma.

3. Intenta encontrar tu fuerza interior, que la tienes, no me cabe ninguna duda, todas la tenemos Y para ello ayúdate de tu psicóloga. Pídele que te indique cómo practicar técnicas de relajación. Infórmate sobre talleres de meditación en grupo en tu localidad, en tu hospital, en tu centro de salud. A mí me ayudaba a encontrar en parte el equilibrio perdido. El diagnóstico es un “mazazo” difícil de superar sino tienes ayuda, por eso todo lo que te sirva para conciliar el sueño de manera natural es beneficioso; si quieres evitar los fármacos es una maravillosa alternativa. Si no encuentras ningún taller de meditación puedes descargar algunos audios de Internet de la web http://www.meditaweb.com/medita_guiadas/medita_guiadas.htm. Son gratuitos y te los puedes descargar a tu aparato reproductor de mp3. Durante los ciclos de quimio estos audios de ejercicios de relajación me ayudaban a aislarme y evitaban que escuchara algunos comentarios de otras compañeras, que sin mala intención, a mi me ponían fatal. Un reproductor de mp3 y un libro son de incalculable valor en esos momentos.

4. Practica lo que te gusta. El tiempo es tuyo, así que si te gusta la cocina ahora es un momento para ser creativa, haz prendas de punto para tus familiares…...es tiempo para la lectura, ¡que maravilla!. Todo eso a mi me ha ayudado tanto…., y a ti a lo mejor son otras cosas, pero búscalas porque vas a tener mucho tiempo que debes ocupar de manera favorable para compensar todos los pensamientos negativos que a diario te visitan. ¡PENSAMIENTOS NEGATIVOS FUERA!

Todas nosotras nos hemos enfrentado a los mismos demonios y fantasmas que te estás enfrentando tú, así que créeme si te digo que no vale la pena perder el tiempo con ellos más de lo estrictamente necesario. Piensa que has vencido ya antes de empezar y no tendrán nada que hacer contigo. Para todos nosotros en general, la vida es muy corta, y nosotras nos volvemos más conscientes de ello a causa de esta vivencia traumática. Somos conscientes de que tenemos un tiempo que vale oro.

5. Llora cuando quieras llorar porque también es necesario desahogarse pero no dejes que ese sea tu estado de ánimo habitual.

Pero sobre todo, hay una cosa que creo que debes entender. No lo hagas por nadie, sal de esto, sólo y exclusivamente por ti. Tú lo vales. Te debes querer mucho.

Cuando termines tus tratamientos de quimioterapia y radio será como quitarse un peso de encima y sentirás que una etapa dura ha pasado Y OTRA NUEVA COMIENZA.

El deporte, personalmente me está ayudando muchísimo para poner mi cuerpo a tono de nuevo. Al principio te sentirás muy débil pero será como un pulso que tienes que ganar, ya lo veras. La natación, el yoga, el senderismo y practicar algo de ciclismo suave son mis actividades favoritas pero busca las que a ti te gusten más.

Aun estás aquí con nosotras y seguirás estando por mucho tiempo, tú misma lo vas a ver, y tu ejemplo lo seguirán otras, porque lamentablemente siguen habiendo otras mujeres cada día.

Un abrazo desde mi experiencia.

Espero que te ayude.